«El normalismo como factor del desarrollo humano, social y colectivo.
Los más de cien años de una institución son tiempo de memoria y recapacitación.
El siglo es un lapso superior al de la vida larga de un hombre y enmarca la continuidad de varias generaciones.
Si analizamos en escorzo los años del siglo transcurrido, desde la creación de la Escuela Normal de Azul comprobaremos con mucho su correspondencia indudable con etapas fundamentales de la historia del país en sus momentos culminantes y de cambios, ya que sus primeros tiempos corresponden a la época fecunda, pero desgarrada de la organización política de las agrupaciones cívicas y tendencias ideológicas que en cierto modo aún rige en la República Argentina.
En la época de la presidencia de Juárez Celman, cuñado y continuador de Roca al frente del Estado, se pretendía impulsar vertiginosamente el progreso material descontando del futuro sus costos iniciales.
En los comienzos de nuestra organización como Estado de la comunidad internacional, el país dio un gran salto adelante y se constituyó en una verdadera Nación, como proyecto poblacional y como poder político en Sudamérica.
Las ideas de Rivadavia y Belgrano fueron recogidas a través de la Universidad por la generación siguiente a la de los unitarios, y con ello unido a la expatriación sufrida por algunos, lo que permitió adentrarse en el conocimiento de la sociedad occidental tal cual era en esa etapa de su desenvolvimiento capitalista; se plasmó el proyecto de los hombre que, primero en Buenos Aires y luego en todo el país tomaron el poder a partir de 1853- 1862.
El desarrollo material fue su preocupación inicial, pero todo no se agotaba allí. Para construir una potencia agraria y ganadera, era necesario contar con una población acrecentada vigorosamente por aportes europeos, que multiplicara las posibilidades de trabajo y tuviera un término medio de cultura e ideología comunes pese a sus orígenes diversos.
La presidencia de Sarmiento y el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de Nicolás Avellaneda (el primero traía su visión entusiasta de la sociedad norteamericana y sus sistemas de educación) significaron la consolidación de un esquema integral de lo que por entonces agotaba las posibilidades oficiales de promoción de ese indispensable desarrollo humano: la instrucción primaria común y obligatoria para todos los habitantes del país en condiciones igualitarias y gratuitas.
Se trataba de poner a las masas a la altura de la civilización industrial y democrática de los Estados Unidos y Europa occidental, donde todo era todavía también una intención no cumplida.
La enseñanza primaria obligatoria fue un requisito constitucional para todas las provincias, condición de su autonomía frente al proyecto nacional. Pero, no había maestros suficientes. Sarmiento ideó el sistema de incentivar esa actividad y creó el normalismo argentino a partir de aquellas maestras norteamericanas traídas durante su gobierno para crear institutos de preparación docente.
Aquellas maestras tuvieron larga influencia en las ideas y los métodos de enseñanza en el país, constituyendo el primer semillero de un movimiento educacionista que logró altos exponentes al cabo del tiempo.
Los maestras norteamericanas fueron criticadas por su desvinculación con las tradiciones del país y sus creencias fundamentales. Es cierto que provenían de otro contexto cultural, pero aplicaron sus métodos de enseñanza, diríamos, masiva, que era de lo que se trataba. Su ejercicio estaba influido poderosamente por las ideas del pragmatismo de Janes, y otros tópicos ajenos a nuestra modalidad, más íntima, pero sirvió y fue útil.
En pocos años se multiplicaron los establecimientos docentes para la formación de maestros, cuyo trato desde el gobierno se constituyó en un privilegio señalado a la estimación pública.
Para la mujer, el magisterio era una de las pocas actividades admitidas, y además rodeada del respeto y la consideración de todos, e incluso el hombre ejercía la docencia primaria con asiduidad, porque se lo permitían las excelentes remuneraciones que recibían por su cometido.
Esa posición sobresaliente del magisterio ensanchaba su influencia sobre toda la sociedad y, en torno a ello, se fueron configurando diferentes mitos a su respecto.
El magisterio era la puerta de la intelectualidad, del periodismo, incluso de las profesiones liberales y de la política.
La palabra del maestro era sagrada en los hogares, e incluso ejercía influencia sobre el destino de los chicos que formaba en sus grados.
El magisterio como verdadero sacerdocio laico, la maestra como segunda madre; la figura eminente de los directores de enseñanza, están en el recuerdo de muchos hombres y mujeres mayores aún en nuestros días en los que el docente se ha venido a convertir en un trabajador pauperizado por la estrechez fiscal.
En aquella época los sueldos docentes y la dotación de edificios y material didáctico de avanzada, así como las ayudas promovidas socialmente a los educandos de menores recursos, eran preocupación fundamental de los gobiernos, lo mismo que ocurría con la justicia, el otro pilar de la puesta al día del país con la civilización y el progreso dentro de la sociedad industrial, capitalista y democrática.
La necesaria escolaridad de todos hacia preciso ir a los lugares a formar a los futuros docentes, y así, primero durante el ministerio de Avellaneda y después durante las gestiones sucesivas, todas las poblaciones de regular importancia fueron teniendo sus escuelas normales formadas sobre los modelos iniciales trazados por aquellas pioneras norteamericanas.
Historia de la Escuela Normal. Ley de creación.
Azul había crecido suficientemente hacia 1880, después de la definitiva expulsión de los indios del territorio de las pampas, como para que su rápido progreso justificara la existencia de un instituto semejante, y así se creó, comenzando a funcionar el 26 de junio de 1887 en una casa de la actual calle Irigoyen entre Rivadavia y Alvear, para después pasar, por iniciativa de Isidoro Layús, presidente del Consejo Escolar, al edificio de la Escuela Provincial Graduada Nº 2, existente entonces en los terrenos contiguos a la municipalidad sobre calle Burgos.
Por ley del Congreso sancionada con las firmas de Carlos Pellegrini y Estanislao Zeballos el 10 de noviembre de 1886 se había autorizado al Poder Ejecutivo para establecer escuelas normales mixtas de maestros en las ciudades de San Nicolás, Mercedes, Dolores, y Azul, así como otras en las capitales de Corrientes y San Juan:
«El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina […] sancionan con fuerza de Ley:
Artículo 1 – Autorízase al Poder Ejecutivo para establecer Escuelas Normales Mixtas de Maestros de Instrucción Primaria en las ciudades de San Nicolás, Mercedes, Dolores y Azul, de la provincia de Buenos Aires.
Art. 2 – Autorízase igualmente al Poder Ejecutivo para establecer Escuelas Normales de Maestros en las ciudades de San Juan y Corrientes y para construir un edificio destinado a la Escuela Normal de Maestros de la ciudad de Rosario.
Art. 4 – Comuníquese al Poder Ejecutivo. Dada en la sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a diez de noviembre de mil ochocientos ochenta y seis – Carlos Pellegrini; Estanislao Zebaloos; B. Ocampo, secretario del Senado; Juan Ovando, secretario de la Cámara de Diputados». (registrada bajo el Nº 1897).
Un posterior decreto de organización dispuso concretamente el establecimiento del Instituto Pedagógico en nuestra ciudad:
«Estando el Poder Ejecutivo autorizado por la Ley de Presupuesto vigente para establecer Escuelas Normales en algunas ciudades de la provincia de Buenos Aires y habiendo puesto los vecindarios de Mercedes y del Azul a disposición de este Ministerio los edificios apropiados para la fundación de aquellas escuelas, el presidente de la República decreta:
Art. 1º – Procédase a establecer en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, una escuela Normal Mixta de Maestros de Instrucción Primaria y otra de la misma categoría en la ciudad del Azul.
Art. 4º – La Inspección de Escuelas Normales propondrá al Ministerio todas las medidas del caso a fin de que a la mayor brevedad queden instalados los expresados Establecimientos.
Art. 5º – Comuníquese a quienes corresponda, publíquese e insértese en el R. N., previas las anotaciones del caso, en el Libro de Personal Docente. Firmado: Juárez Celman; Filemón Posse.»
En las gestiones realizadas por el pueblo de Azul para lograr la creación de ese establecimiento, cúpole activa participación al general Francisco Leyría. Entonces el pueblo de Azul se extendía bastante más allá del centro enmarcado por la plaza espaciosa, Catedral a partir de 1932, el Palacio Municipal, el teatro de Mitre entre Uriburu y Burgos, los Bancos Nacional y de la Provincia, la comisaría y un regular número de escuelas, entre las que sobresalían las graduadas de niñas y varones, bajo las direcciones de Corina Echenique y Segundo Gómez. Más allá estaba el mercado y comenzaban los arrabales indefinidos entre las quintas que abrían paso al campo.
En el año 1903, un grupo de vecinos redactó una petición dirigida al Ministro de Instrucción Pública solicitando la edificación de la Escuela Normal en un local propio.
La gestión llevada a cabo ante el Ministro Dr. Fernández tuvo éxito, decretándose la construcción del edificio propio para lo cual se combino en adquirir la manzana de terreno situada entre las calles 25 de Mayo, Necochea, 9 de Julio y Juárez (hoy Roca), propiedad del Sr. Juan Bautista Morteo . La Comisión «Pro- edificio propio de la Escuela Normal» logró reunir $18850 m/n y luego de la compra del citado terreno, lo donó , en nombre de la Comisión, al gobierno de la Nnación Argentina para destinarlo al edificio de la Escuela Normal.
Luego de los agradecimientos de rigor manifestados por el presidente Julio A. Roca y el Ministro de Instrucción Pública por tan importante donación, comenzó la obra de edificación.
EDIFICIO
El edificio de la escuela fue inaugurado oficialmente el 14 de noviembre de 1908 aunque el 27 de agosto de 1908, se dictó clases por primera vez en el nuevo edificio.
Sin embargo, la alegría de la ciudad se troncó pronto en amargura al comprobarse que el local encerraba fallas en su construcción.
En 1912 se reiteraban las denuncias de serias deficiencias, solicitando su pronta definición. El 26 de junio de 1962, durante el desarrollo de los festejos del 75 aniversario, se derrumbó el piso del salón de actos y fue seguido del posterior derrumbamiento de pozas ciegos en pleno patio de recreos, hechos que produjeron pánico y dolor por lo que se suponía una tragedia. Renacida la calma, comienza la preocupación por parte de toda la comunidad educativa y la comisión de Padres de la Escuela, proceden de manera consciente, revisando y apuntalando el edificio para prevenir cualquier accidente. En sus festejos de plata, en 1912, la dirección y la sociedad Rivadavia gestionaron que se impusiera oficialmente el nombre Bernardino Rivadavia.
La sociedad Rivadavia (integrada por amigos de la Institución) fue la encargada de la donación del busto del prócer que se encuentra actualmente en el hall de la escuela.
Para las bodas de oro de la institución, el 26 de junio de 1937, se realizaron actos excepcionales. Desde entonces se cuenta con el escudo propio creado por el reverendo padre Santana, cura párroco de la ciudad de Las Flores; nació también en ese aniversario el himno de la escuela, que fue compuesto por la Sra. Justa Gallardo, maestra egresada del lugar.
En su 75º aniversario, en el año 1962, la edificación de la Escuela se ve seriamente comprometida por deficiencias en su construcción , deficiencias que fueron atendidas por los directivos, comisión de padres y gobierno.
En sus 80 años, en el año 1967, se festejaban junto a la creación de nuevos departamentos, como jardín de infantes, ciclo primario completo, ciclo básico, magisterio y profesorado. En dicho año, la matrícula de alumnos nos demuestra el crecimiento de estudiantes: 1123.
El festejo del siglo de la Escuela, en 1987, fue una manifestación popular de espléndidas proyecciones. Se vio realzada por la presencia de los máximos funcionarios educacionales en los órdenes nacional y provincial, acompañados por las autoridades locales de distintos planos y demás invitados especiales. Con desfiles de distintas promociones (a partir de 1930) ubicadas por décadas, y el clamor popular fueron destinatarios de intensos aplausos y mucha emoción.
El 26 de junio del 2004 la Escuela cumplió 117 años. Tiempo suficiente para acunar acuerdos singulares, por su connotación de alegría pero algunas veces de sinsabores.
La Escuela Normal ocupa un rango privilegiado dentro de las entidades culturales de nuestra ciudad,. Aunque es evidente que el paso del tiempo se ha hecho sentir en su estructura, pero la situación hace que la Asociación Cooperadora, actualmente presidida por la Sra. Viviana Garbellini, se vea con dificultades para enfrentar los gastos que insume su mantenimiento. No obstante, se han realizado muchas obras, entre las que se destaca la restauración del frente (inaugurado el 26 de junio de 2003, día del cumpleaños 116 de la Institución)», y la restauración de su flamante Salón de Actos.
Conforme a la Resolución Ministerial 394/81 y por gestiones realizadas, la Asociación Cultural Sanmartiniana resuelve: «otorgar a la Escuela Normal Superior «B. Rivadavia» de Azul, una réplica de la Bandera del ejército de los andes para que acompañe a la Bandera Nacional en las ceremonias públicas».
TRANSFORMACIÓN DEL MAGISTERIO
En el año 1959 se crea, por Ley los cursos del profesorado secundario anexo a la Escuela Normal.
El Magisterio se convierte en una carrera terciaria y continua hasta nuestros días, pasando por disitintos planes de estudio. Se inicia on el Profesorado de Nivel Elemental o Primario, pasa por la enriquecedora experiencia del Magisterio de Educación Básica (M.E.B.) que proponía una transformación de la Institución desde «adentro» y culmina con la transformación de la formación docente (Programa de la D.I.F.O.C.A.D.)
En el año 1970 egresan los alumnos con título de Bachiller con disitintas orientaciones. Incluyen siempre Orientación Docente BOD u Orientación Pedagógica. Se aplica el Proyecto 13.
Por resulución Ministerial N° 503/88 se crea el Instituto del Profesorado, produciendose de hecho la separación del Profesorado Secundario de la Escuela Normal de Azul y en 1992 se refunda el Profesorado de Enseñanza Primaria y el Profesorado para la enseñanza del Inglés en el nivel Primario, por resolución Ministerial 735/92.
LA TRANFERENCIA. NUESTRA REALIDAD HOY
El Programa de Transformación de la formación Docente que se desarrolló en el ámbito nacional, predispuso favorablemente a los, predispuso favorablemente a los docentes para la transformación. al concretarse la tranferencia, ese espíritu renovador se reflejó en la adecuación voluntaria de los contenidos, metodología y bibliografía de las cátedras correspondientes a los planes de estudio en viencia hasta 1996 inclusive (Profesorado de Enseñanza Primaria y Profesorado en Educación Prescolar)
En 1994 se tranfiere el servicio al orden provincial. Se continúa con planes de Formación docente de Nación hasta 1996.
Fuente: Trabajo realizado por los alumnos del 3° del Profesorado de 1° y 2° ciclo de la EGB, año 2006. «Patrimonio cultural del edificio escolar E.G.B. n° 67»